The real one. Esta vez sí que sí. Por fin llega la Ley Mordaza a nuestras vidas y no la pantomima que intentó el PP hace unos años. Aquello era una Ley absurda dirigida a acobardar a cuatro manifas y a incautar fotos y vídeos de policías dando rienda suelta a sus porras de fresno. La triste realidad, sin embargo, es que afectaba a un sector de la población muy escaso. Pecaba de una indudable falta de ambición.
Por otro lado, la ley que el Gobierno está ultimando es harina de otro costal. Tiene fuerza y frescura. Hablamos de la auténtica censura en redes sociales por medio del socorrido "delito de odio", fórmula utilizada en Estados Unidos para descalificar cualquier conducta que se aleje del dogma. Se trata de extender una ola de suspensión de cuentas, mensajes alerta de fake news, multas y amenazas burocráticas de todo tipo, de manera que el típico listillo con una cuenta de 20k seguidores y mucho tiempo libre, deje de tocar las pelotas al Ejecutivo. Se acabó lo de llamar Chepas o Marqués de Galapagar a Pablo Iglesias, pues ahora cuenta con arma capaz de enterrar a los graciosetes en kilos de mierda administrativa y judicial. Una auténtica oda al acoso institucional que hará las delicias de los más cerriles defensores de poner en su sitio a los fascistas y a los nazis.
Por ejemplo, esta Ley nos permitirá denunciar a cualquier miserable que se atreva a dudar de que un trans es una mujer o pondrá en la mira a los historiadores que disientan sobre el franquismo, el colonialismo o el indigenismo. Se acabaron las teorías alternativas que predominan en muchas cátedras nacionales.
Es una Ley que se asienta sobre bases sólidas como el hormigón armado. La firme convicción de que el hombre vive mejor en entornos controlados que le impidan divagar. Dadme a un hombre necio pero obediente y os construiré un imperio. Ésa es la idea básica. El nuevo hombre del siglo XXI, despojado ya de toda masculinidad tóxica, de ideas tabernarias y de costumbres burguesas es un ciudadano que se sabe poco o nada en relación a la mujer, pues a ella le debe perdón histórico y, por ende, genuflexión a perpetuidad. Con ese hombre en mente, la Ley viene a señalar a aquellos que se alejen del canon, devolviendo al conjunto una maravillosa capa de vacuidad.
Sólo aquellos líderes brillantes como la katana de un samurai son los destinados a establecer conexión con el corazón del pueblo y sólo aquellos que verdaderamente pertenecen a él son dotados de la capacidad innata de amar. Pablo Iglesias sabe amar al vulgo y nos ofrece este regalo leguleyo para nuestro gozo. Nos dice: "Liberaos de las cadenas del pensamiento neoliberal. Dejadme que os guíe". Ésa es la genialidad de su ser, convertido ya en padre de la nación y brújula moral donde mirarnos.
Estoy convencido de que toda democracia real precisa de herramientas que ayuden a depurarla de pensamientos tóxicos e intolerantes. Seamos intolerantes con los intolerantes. Otra idea fabulosa; en Twitter dicen que de Popper. Vete a saber. ¿Quién coño ha leído a Popper? Yo no, desde luego. Pero sé que viviremos en una patria mejor despojada de la chusma de la extrema derecha. Y la Ley Mordaza viene a servir a esa noble causa. Os animo, pues, a denunciar sin temor cualquier acto de pensamiento o de palabra que atente contra la tolerancia y los valores democráticos de nuestra querida patria.
Sospechad de aquellos que se envuelven en la bandera, pues pretenden adueñarse de ella y despojarnos al resto de sus colores y su calor. Desconfiad de cualquiera que se llame a si mismo español, pues pretende dañar la multiculturalidad de nuestra patria y menospreciar a los distintos pueblos que la conforman. Denunciad sin miedo a vecinos, compañeros de trabajo y familiares, pues será bueno para ellos conocer el alcance del poder del Estado, amén de hacerles reflexionar detenidamente sobre sus futuros actos. Estad atentos y observad, después informad y más tarde, el Estado proveerá.
Estoy pletórico, no puedo negarlo. Una patria social y multicultural como la nuestra es un tesoro poco común en la historia del hombre/mujer. Este es un gran primer paso, pero pronto llegará la Ley del Sólo Sí es Sí, seguida de la Ley de Autopercepción de Género y la Ley de Educación Social, que ayudará a guiar a nuestros jóvenes. Pablo sólo ha establecido los cimientos, pero los ladrillos llegarán hasta formar muros firmes y duraderos donde cobijarnos. El sueño socialista hispano... qué maravilla.