Se trata de un chaval medio analfabeto (expulsado de varios colegios de élite), de familia de clase media-alta y con postureo de comunista/independentista gallego. Entre él y sus cuatro o cinco palmeros montaron una estrategia para agredir a un Presidente de la Unión Europea.
A mí este botarate me da igual, porque subnormales hay por todas partes. Lo que me dejó estupefacto cuando vi la agresión es la facilidad tan pasmosa con la que un individuo se pudo situar más de un minuto al lado del Jefe del Gobierno, dándole tiempo a sacarle una foto y a escribir un mensaje por Whatsapp a sus colegas, y seguidamente cargar el brazo y soltarle una hostia de pleno en toda la cara, riéndose de los catorce guardaespaldas del séquito del Presidente. Si hubiera llevado un arma blanca o simplemente el golpe le hubiera caído mal, hoy estaríamos hablando de un magnicidio.
Cuando uno compara al Servicio Secreto del Presidente de los Estados Unidos con la panda de seguratas que lleva Rajoy, la vergüenza que se siente es colosal. España no puede permitirse una imagen tan lamentable como la de ayer. Estoy seguro que el golpe también se lo ha llevado la "marca España" por exportar una negligencia en la seguridad tan grave como esta. ¿Qué Presidente extranjero va a confiar su seguridad en esa basura de guardia presidencial?
Lo que no entiendo es como hasta ahora no ha pasado nada. Por lo visto, se escudan en que el propio Presidente fue el que solicitó que el perímetro de seguridad se hiciera más flexible por aquello de estar más cerca del pueblo. Perfecto, pero el Jefe de la Seguridad del Presidente debe posicionarse y hacerle ver al Presidente el por qué no puede acceder a esa petición, y si el Presidente insistiera, el Jefe de Seguridad debe presentar su dimisión in situ por no querer asumir esa irresponsabilidad.
La campaña electoral se presta siempre a que los candidatos se den grandes baños de masas, pero coño, eso se puede hacer dentro de un recinto o del pabellón donde van a dar el mitin, pero no en la calle, donde no tienes el control.
A nivel electoral el puñetazo seguramente beneficie al propio Rajoy, por aquello de la empatía que muchos españoles sentirán y el daño al orgullo nacional que esto les produce. Es así de sencillo y así de estúpido. El crío pasará unos años en un reformatorio y luego a su casa.
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