Pedro Sánchez ha fulminado hoy a Tomás Gómez y a toda la directiva de la Federación Socialista Madrileña. Evidentemente, detrás de esta decisión está la investigación de EL PAÍS entorno al escándalo del sobrecoste del tranvía de Parla.
El líder de los socialistas madrileños hace bastante tiempo que estaba quemado como adalid de la "izquierda". De hecho, Sánchez no es el primer Secretario General que le pide que se retire, ya que Zapatero intentó sustituirlo por Trinidad Jiménez hace unos años.
Lo que resulta curioso es que Antonio Miguel Carmona, candidato a la Alcaldía de Madrid y tertuliano habitual de la Sexta Noche se haya inmolado durante los últimos meses con su apoyo incondicional a Gómez. Ya son célebres sus dos manos en el fuego y toda la verborrea sobre su inocencia, su honorabilidad y demás basura. No entiendo qué necesidad tenía un candidato bastante aseado como él de meterse en el fango; no han pasado ni 24 horas desde que en un mitin en el que estaba presente Pedro Sánchez, Carmona se chamuscara públicamente.
La política continúa dedicándonos momentos épicos de puñaladas, ambiciones, jugadas traperas y reuniones secretas.
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