El PP, por su parte, se dedicaba al golpe duro contra Ciudadanos y a promover el temor al populismo: la famosa campaña del miedo; desprecio al PSOE, dureza con Ciudadanos y sobo a Podemos.
Pedro Arriola, el gurú social del PP y creador de la estrategia del miedo |
Los adalides de la derecha, con la Razón y la COPE ejerciendo de punta de lanza, se dedicaban a potenciar la estrategia diseñada por Pedro Arriola, el gurú en la sombra del PP, y consejero de cabecera del Presidente Rajoy. Se sabe desde hace tiempo que Pedro Arriola siempre vio en el 15-M una oportunidad única para beneficiar al Partido Popular. Se trataba de dar alas a los líderes de la izquierda real de la calle para que dieran el salto a la política y dividir así el voto de la izquierda.
Era la misma estrategia que en su día utilizó Miterrand con LePen y el Frente Nacional en Francia. Por tanto, hizo uso de su influencia con el dueño de Planeta y Atresmedia, José Manuel Lara, para provocar el ascenso a las nubes de Pablo Iglesias y Podemos en general. "Podemos por la mañana, Podemos por la tarde y Podemos por la noche" es la frase que se dice que uno de los consejeros delegados de Atresmedia soltó en una reunión.
Este escenario lo completan medios como 13tv, la televisón de la iglesia, que dedicó todos sus recursos durante meses a provocar el pánico entre su versada audiencia para que acudieran en masa a votar en contra de los comunistas. Decirle a un abuelo en la cena, mientras se traga como puede la papilla, que los rojos van a venir a quemar la capilla de su pueblo y a enseñar las tetas en el altar, resulta bastante efectivo. Además, tengamos en cuenta que el voto rural cuenta, en algunos casos, hasta cuatro veces más que el voto urbano.
Por tanto, se han sumado una serie de acontecimientos, la mayoría de ellos planificados y muchos aleatorios, que han provocado que la suma de Podemos e Izquierda Unida se quedara en los mismos escaños, pero -y aquí viene la jugada- con la sensación de que se han pegado un batacazo monumental. Incluso el día mismo de las elecciones, las famosas israelitas -encuestas a pie de urna de 200 o 300 personas- daban a Podemos 20 o 25 escaños por encima del PSOE.
Insisto en que la cocina de las encuestas y la creación de unas expectativas muy infladas, han generado la sensación de que Podemos se ha desplomado electoralmente, cuando en realidad no es así.
Hay que aplaudir a Pedro Arriola por su estrategia del miedo, que sin duda ha movilizado a una bolsa de votantes de corte rural, escaso nivel educativo y elevada edad. Este voto vale entre tres y cuatro veces más que el voto urbano, joven y universitario. La Ley Electoral influye de manera muy significativa en el aguante del bipartidismo. Tendría cierto sentido si los diputados votaran de forma independiente y motivados por el electorado de su provincia, pero no tiene ninguna lógica cuando aquí se vota en bloque según lo que diga el líder.
He aquí la democracia y he aquí el porqué se ha vilipendiado el sistema educativo desde la Transición: para crear seres asustadizos y temerosos de Dios -del dios ponga aquí su dios-.