Por lo visto en la última reunión entre PSOE, Ciudadanos y Podemos, ni pacto de investidura, ni pacto de gobierno. Una reunión que nace muerta no puede vivir; es tan sencillo que resulta absurdo subrayar lo obvio. Lo peor es que los tres actores de la tragicomedia representada hace unos días lo sabían, y fueron expresamente a perder el tiempo y a posar ante los fotógrafos.
Los verdaderos dirigentes de Ciudadanos, apostados entre bambalinas, ya se han encargado de marcar a fuego las líneas rojas de su partido entre los chicos de bien que colocaron para salir en la tele. Me refiero a Arcadi Espada, ex díscolo periodista de EL PAÍS, que ahora escribe para El Mundo; también a Boadella, el cómico más odiado por el nacionalismo catalán; a Javier Nart, periodista, abogado y estrella de las tertulias televisivas de Mª Teresa Campos; también a Garicano, ex gurú económico de FAES; y cómo no, al propio Girauta, que decidió salir del oscurantismo y colocarse como Portavoz del partido en el Congreso antes de perder el control sobre su chico estrella.
Porque Albert Rivera, Inés Arrimadas o Begoña Villacís, no son el núcleo duro de nada. Son tan sólo las caras amables que el partido muestra para su exhibición al pueblo. Es un producto bien acabado y listo para su consumo, pero nada original. Detrás de ese maquillaje tan pedante de sociedad civil liberal y moderna, se esconden los intereses de siempre; es un coche con el mismo motor, pero con carrocería nueva y relucientes cromados.
Las empresas más poderosas de este país dejaron en la estacada a Mariano hace unos meses ante la obviedad de las encuestas, que le otorgaban la peor valoración de un Presidente en toda la democracia. Rajoy, que es un tipo rencoroso y vengativo, culpó a Rivera por robarle la "novia" de los huevos de oro, y comenzó a mostrar públicamente su desprecio más absoluto por Ciudadanos. De hecho, es evidente que tiene más simpatía por Podemos que por la formación naranja.
¿Cómo sino explicar que un partido regional y minoritario sea capaz de montar una estructura a nivel nacional en pocos meses? Sólo puede lograrse con dinero y talento para la organización. Los tipos que dirigen las empresas del IBEX no son estúpidos ni para ingresar dinero ni para entregar maletines en un despacho, pero sí tienen la capacidad para ceder el talento que poseen y ponerlo a disposición del partido. Con diez o quince de sus mejores economistas, abogados e ingenieros, puede crearse una red política con sedes en todas las capitales de provincia e impulsar de la nada un partido liberal de nuevo cuño. Una vez engendrado el proyecto, las empresas se aseguran una posición ventajosa en el Congreso, con dos partidos de derechas. Tan sólo falta eliminar el obstáculo que impide un pacto PP-Ciudadanos, y que no es otro que Mariano Rajoy.
Por eso es imposible que Ciudadanos acepte nunca a Podemos, porque representa la antítesis de sus intereses. Toda esa basura retórica acerca de la renovación de la democracia y las fuerzas del cambio, no es más que morralla para periodistas y voceros. El cambio no es más que el cambio de poder.
Tampoco Podemos ha actuado en favor del bien común. Desde un principio puso por delante el referéndum catalán como línea roja, sabiendo que era una medida imposible de aceptar para PSOE y Ciudadanos. Podemos surgió como onda expansiva del 15-M, en defensa de la clase trabajadora. Era un movimiento transversal que no diferenciaba entre españoles. Aquello quedó en nada tras la entrada en el Congreso de Xavi Domenech, insinuando que podía poner en aprietos al partido si el referéndum no se planteaba.
No hay altura de miras ni visión de futuro. No se han dado cuenta de que ésta es la oportunidad. Se dejan llevar por las estrategias políticas de marketing e intereses partidistas tradicionales, típicos de PP y PSOE. No han sido ni serán capaces de conseguir un acuerdo de mínimos que logre iniciar la limpia de toda la corrupción que ha destrozado la nación ni de cimentar la recuperación de una democracia real.
Conseguirán la continuidad del PP y la pérdida de fuerza en el Congreso por no ceder los extremos.
martes, 12 de abril de 2016
miércoles, 6 de abril de 2016
A la caza de Podemos
Ha comenzado la temporada de caza mayor en el coto privado de la política. Mientras los Marksman engrasan los cerrojos de sus rifles, las pobres presas ignoran la suerte que les depara el futuro. Los bobalicones corzos de Podemos corretean entre sus escaños y juegan al tira y afloja con el PSOE y Ciudadanos para conseguir un pacto del todo imposible. Tan imposible, que las huestes fundacionales de Ciudadanos, comandados por el lugarteniente de Rivera —el señor Girauta—, ya se han lanzado sin mesura contra la presa más codiciada del coto: Pablo Iglesias y su rebaño.
Las informaciones provenientes del PanamaLeaks han causado heridas en numerosas personas e instituciones, no sólo en Podemos. Pero es evidente que es mucho más cómodo publicar a cinco columnas sobre el rebaño de la izquierda que sobre la implicación del Banco Santander o del Banco Sabadell en todo este turbio asunto. Quizá será porque los periódicos de papel se venden envueltos literalmente en publicidad bancaria los fines de semana y quizá será porque todas las tertulias políticas de todas las radios están patrocinadas por la banca. Quizá, sólo quizá.
Cuando se abre la veda todos disparan a una y pocos aciertan, pero es igual, porque el estruendo de todos esos rifles ya ha causado la suficiente conmoción como para dejar a la presa desorientada y perdida. Los cazadores amartillan el arma, tiran del percutor y vuelven a la carga. Nuevas publicaciones, horas y horas de radio, tertulias a todo trapo. La presa está arrinconada, no sabe cómo defenderse.
Los días pasan y el plazo se acaba. Las elecciones llegarán y para entonces los cazadores ya esperan tener la cabeza del corzo colgada de la pared de su salón. Esperan tener su piel sobre los hombros. La cacería se convierte en una alianza de rifles, escopetas y balas de punta hueca. Todos quieren sacar tajada. Los mecenas que financian la cacería sostienen una copa de coñac en una mano; en la otra los prismáticos. Se miran confiados y se reconocen como iguales. La banca, las multinacionales, los oligarcas de los medios de comunicación. Todos comparten objetivo.
La presa sigue corriendo y lanza un alarido mudo de socorro. Nadie le escucha por el ruido de los disparos. Clama por su vida hasta que vislumbra su final. Morirá como mueren los débiles frente a los poderosos. Morirá porque el estruendo de los rifles ahoga sus lamentos.
Morirá porque está sólo.
Las informaciones provenientes del PanamaLeaks han causado heridas en numerosas personas e instituciones, no sólo en Podemos. Pero es evidente que es mucho más cómodo publicar a cinco columnas sobre el rebaño de la izquierda que sobre la implicación del Banco Santander o del Banco Sabadell en todo este turbio asunto. Quizá será porque los periódicos de papel se venden envueltos literalmente en publicidad bancaria los fines de semana y quizá será porque todas las tertulias políticas de todas las radios están patrocinadas por la banca. Quizá, sólo quizá.
Cuando se abre la veda todos disparan a una y pocos aciertan, pero es igual, porque el estruendo de todos esos rifles ya ha causado la suficiente conmoción como para dejar a la presa desorientada y perdida. Los cazadores amartillan el arma, tiran del percutor y vuelven a la carga. Nuevas publicaciones, horas y horas de radio, tertulias a todo trapo. La presa está arrinconada, no sabe cómo defenderse.
Los días pasan y el plazo se acaba. Las elecciones llegarán y para entonces los cazadores ya esperan tener la cabeza del corzo colgada de la pared de su salón. Esperan tener su piel sobre los hombros. La cacería se convierte en una alianza de rifles, escopetas y balas de punta hueca. Todos quieren sacar tajada. Los mecenas que financian la cacería sostienen una copa de coñac en una mano; en la otra los prismáticos. Se miran confiados y se reconocen como iguales. La banca, las multinacionales, los oligarcas de los medios de comunicación. Todos comparten objetivo.
La presa sigue corriendo y lanza un alarido mudo de socorro. Nadie le escucha por el ruido de los disparos. Clama por su vida hasta que vislumbra su final. Morirá como mueren los débiles frente a los poderosos. Morirá porque el estruendo de los rifles ahoga sus lamentos.
Morirá porque está sólo.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)